¿QUÉ ES EL SUEÑO?
Al intentar definir el sueño no podemos evitar imprimirle
nuestra experiencia humana, pero como hemos mencionado anteriormente, las
características del sueño varían enormemente entre las diferentes especies.
Resulta más sencillo enumerar las características conductuales que se asocian
con el sueño en el ser humano que quizá definirlo apropiadamente de una forma
más amplia:
1) disminución de la conciencia y
reactividad a los estímulos externos,
2) se trata de proceso fácilmente reversibles
(lo cual lo diferencia de otros estados patológicos como el estupor y el coma),
3) se
asocia a inmovilidad y relajación muscular,
4) suele presentarse con una periodicidad
circadiana (diaria),
5) durante el sueño los individuos adquieren
una postura estereotipada.
6) la ausencia de sueño (privación), induce
distintas alteraciones conductuales y fisiológicas, además de que genera una
“deuda” acumulativa de sueño que eventualmente deberá recuperarse.
¿POR QUÉ DORMIMOS?
Aún no se tiene una idea clara acerca de por
qué dormimos, además es poco probable que exista sólo una respuesta para esta
pregunta, sin embargo, sí resulta evidente que diversos y muy importantes
procesos fisiológicos, están estrechamente relacionados o incluso están
determinados por el sueño o la periodicidad del mismo. A este respecto, existen
diversas teorías acerca de las funciones del sueño, por ejemplo:
1) restablecimiento o
conservación de la energía,
2) eliminación de radicales libres acumulados
durante el día,
3) regulación y restauración de la actividad
eléctrica cortical,
4) regulación térmica,
5) regulación metabólica y endocrina,
6) homeostasis sináptica
7) activación inmunológica
8) consolidación de la memoria, etc.
¿CUÁL ES LA PARTICIPACIÓN DEL SUEÑO EN EL APRENDIZAJE Y LA
MEMORIA?
Desde principios del siglo XX algunos investigadores ya
habían demostrado que la retención de la memoria era mucho mejor después de una
noche de sueño que después de un intervalo de descanso similar manteniéndose
alerta. Sin embargo, en esta época se pensó que el efecto positivo observado
era en realidad inespecífico, por lo que no llevó a concluir que en realidad el
sueño en sí mismo pudiera tener un papel en el proceso de aprendizaje y
memoria. En la actualidad diversos estudios tanto experimentales como clínicos
han demostrado que el sueño tiene efectos positivos sobre distintos tipos de
memoria (figura 3)4,8. De todos los sistemas de memoria antes expuestos, la
evidencia más consistente respecto al efecto positivo del sueño se ha observado
en 2 tipos de memoria: la memoria declarativa (memoria que es fácilmente
expresada verbalmente: información de hechos y eventos), y la memoria
procedimental (memoria acerca de habilidades y destrezas motoras). Hasta el
momento prácticamente no existe ninguna evidencia que sugiera lo contrario (es
decir, que el sueño favorezca el olvido o la alteración de la memoria previa)4
. Hacer una descripción exhaustiva de toda la evidencia que existe acerca el
efecto del sueño sobre la memoria trasciende al objetivo del presente artículo,
pero a continuación señalaremos algunas cuestiones relevantes.
¿CUÁNTO TIEMPO DEBO DORMIR PARA QUE EL SUEÑO BENEFICIE A LA
MEMORIA?
Sorprendentemente algunos estudios sugieren que la duración
del sueño parece no tener relación con el efecto positivo sobre la memoria, ya
que se demostró que incluso brevísimos periodos de sueño (o siestas) de hasta 6
minutos de duración son capaces de provocar una mejoría significativa en la
retención de información. Sin embargo, también es prudente señalar que una
mayor duración del sueño se asocia con una mejor retención de la información al
compararlo con un periodo más breve de sueño. El tiempo entre el aprendizaje y
el periodo de sueño también parece influir sobre el resultado en la memoria,
algunos estudios sugieren que un intervalo corto (3 horas) entre el aprendizaje
y el sueño parece ser mejor que un intervalo más largo (10 horas).
¿QUÉ FASE DE SUEÑO ES LA MÁS IMPORTANTE PARA LA MEMORIA?
Evidencias experimentales y clínicas sugieren que el sueño No MOR
principalmente favorece la consolidación de la memoria declarativa (dependiente
de la participación del hipocampo), mientras que el sueño MOR parece favorecer
la consolidación de la memoria procedimental (independiente del hipocampo). Sin
embargo, también existe evidencia que sugiere que este efecto es independiente
de la fase de sueño y el tipo de memoria4 . De forma interesante un estudio
reciente sugiere que el rendimiento de la memoria declarativa se correlaciona
con la cantidad de husos de sueño que se presentan en la fase N2 del sueño No
MOR10. ¿CÓMO
FAVORECE EL SUEÑO A LOS PROCESOS DE MEMORIA?
La forma en la que participa el sueño promoviendo la
consolidación de la memoria no se conoce con precisión (consolidación en este
contexto se conceptualiza como el proceso mediante el cual la información de corto
plazo –lábil y limitada– pasa a convertirse en información de largo plazo –más
resistente e ilimitada. Sin embargo, la observación de que las mismas áreas
cerebrales que se ven activadas durante el aprendizaje de una tarea son
nuevamente activadas durante el sueño (principalmente durante el sueño No MOR)
e incluso siguiendo la misma secuencia de activación, ha llevado a proponer que
durante el sueño se realiza una recapitulación o reactivación de la información
previamente aprendida, con lo cual se favorece la consolidación. En apoyo a
esta hipótesis se ha demostrado que la reactivación de la memoria durante el
sueño No-MOR a través de la exposición a estímulos aromáticos que previamente
se habían presentado durante aprendizaje mejora significativamente el recuerdo
de la misma, además de que la hace más resistente a la interferencia.
¿EL EFECTO POSITIVO DEL SUEÑO SOBRE LA MEMORIA ES IGUAL A
CUALQUIER EDAD?
La mayor parte de los
estudios sobre sueño y memoria han sido realizados en adultos, pero algunos
estudios realizados en niños, ancianos y adolescentes parecen comprobar el
mismo efecto positivo del sueño sobre la memoria. Sin embargo, estudios en
pacientes ancianos sugieren que los efectos positivos del sueño sobre la
memoria procedimental disminuyen con la edad mientras que permanecen sin
cambios para la memoria declarativa, además de que estos pacientes parecen
resultar más resistentes a los efectos deletéreos que ejercen la privación y
fragmentación del sueño sobre la memoria. En otro estudio se demostró que el
sueño no sólo tiene un efecto sobre la información aprendida previamente sino
que también mejora las capacidades de aprendizaje durante el día siguiente al
periodo de sueño, en otras palabras el sueño previo también mejora las habilidades
diurnas de aprendizaje del día siguiente (quizá esta evidencia apoye la
recomendación generalizada que hacen padres y profesores a los estudiantes a
cerca de dormir bien antes de un examen…). ¿EL PROCESO DE APRENDIZAJE Y MEMORIA
SE PUEDE AFECTAR POR NO DORMIR BIEN?
Primero, vale la pena señalar que existen diversas formas de
pérdida de sueño: a) la privación de sueño. Principales funciones cognitivas
afectadas con la pérdida del sueño Atención sostenida intencional: la atención
se vuelve variable e inestable y se incrementan los errores de omisión y
comisión Enlentecimiento cognitivo El tiempo de reacción se prolonga La memoria
de corto plazo y de trabajo disminuye Se afecta la adquisición de tareas
cognitivas (aprendizaje) Aumenta las respuestas perseverativas Toma de
decisiones más arriesgadas El desempeño inicial de las tareas es bueno al
inicio pero se deteriora con las tareas de larga duración Alteración de la
capacidad de juicio Disminución de la flexibilidad cognitiva Alteraciones del
humor: irritabilidad, enojo Disminuye la autovigilancia y autocritica Fatiga
excesiva y presencia de “microsueños” involuntarios Neurobiología del sueño
Vol. 56, N.o 4. Julio-Agosto 2013 111 ño, que quiere decir la suspensión total
del sueño por un periodo (> 24 h), b) la restricción del sueño, que
significa una disminución del tiempo habitual de sueño, generalmente de forma
crónica, y c) la fragmentación del sueño, que significa la interrupción
repetida (despertares) de la continuidad del sueño.Todos estos tipos de
alteraciones del sueño han demostrado afectar distintas funciones cognitivas y
variedades de memoria en mayor o menor grado (tabla 2). La modalidad de
alteración del sueño que más se ha estudiado es la privación total del sueño,
sin embargo, en la práctica clínica la restricción crónica del sueño así como
su fragmentación son las formas más comunes. De forma interesante los estudios
realizados parecen indicar que las privaciones crónicas del sueño, suelen
cursar con cierto nivel de adaptación, ya que los pacientes paulatinamente
tienden a referir menos fatiga, somnolencia o alteraciones del humor que con la
privación aguda del sueño, sin embargo, a pesar de esta aparente “adaptación” a
los efectos negativos del sueño, las alteraciones del rendimiento cognitivo
continúan aumentando con la cronicidad del trastorno del sueño. El mecanismo
mediante el cual la falta de sueño afecta a los procesos cognitivos no se
conoce exactamente, aunque se ha sugerido que las hormonas de estrés que se
secretan como producto de la falta de sueño pueden afectar la fisiología
neuronal y contribuir así al deterioro de las funciones cognitivas.
Recientemente también se ha demostrado que incluso periodos cortos de falta de
sueño (< 24 h) afectan significativamente la neurogénesis (la formación de
neuronas maduras a partir de células precursoras en el cerebro adulto) a nivel
de giro dentado del hipocampo, lo cual también puede contribuir a los efectos
cognitivos deletéreos de la falta de sueño.
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