viernes, 23 de junio de 2017

Curiosidades sobre Autismo y Síndrome de Asperger

El síndrome de Asperger, que se clasifica frecuentemente como una enfermedad autística, es una discapacidad con la que se vive de por vida y afecta a las personas de muchas formas.
Aunque guarda similitudes con el autismo, quienes padecen de Asperger tienen menos inconvenientes con el lenguaje y por lo general no tienen dificultades para el aprendizaje.




¿Es sólo una cuestión de niños? 


Las investigaciones señalan que es muy posible que haya igual número de casos en ambos sexos.
La Sociedad Autística de R. Unido señala que a las niñas se les asocia menos con estos trastornos, todavía cuando presenten síntomas igualmente severos. 

Muchas niñas no son diagnosticadas y no se les considera como tales para fines estadísticos. 

Quizá eso se debe a que su comportamiento es considerado normal. Por servirnos de un ejemplo, una pequeña con Asperger puede dedicarse a coleccionar con verdadero fervor todos los vestidos de la Barbie (o cualquier otra cosa en la que se fije).
Por otra parte al tener la idea de que el síndrome de asperger “es cosa de chicos”, no se suele examinar a las niñas sobre estos síntomas, por lo que son diagnosticadas mucho más tarde. Generalmente es la edad de 11 años cuando empiezan a competir con las amigas y a tener mayores relaciones sociales cuando son detectadas.



¿Son todos los que sufren Asperger genios?


Hay personas con Asperger que tienen un índice de inteligencia bastante alto y otros que no.
Una persona con esta condición puede ser muy buena con las matemáticas, pero hay otras que tienen dificultades con el aprendizaje de los números.

No es raro que una persona con autismo padezca paralelamente otra condición, como el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad o (TDAH), pero no se sabe con exactitud a que es debido.


¿La gente con Asperger siente empatía?


Contrario a lo que se piensa comúnmente, las personas que tienen Asperger sí sienten empatía.
Como a todo el mundo, a estos les importa lo que los otros sientan y piensan pero tienen serias dificultades para ponerse en los zapatos del otro. Pueden, no obstante, ser entrenados y aprender a hacerlo.

Les cuesta bastante comprender el sentido de una frase por el tono de voz o el lenguaje corporal, esto lleva a que parezcan menos empáticos de lo que en realidad son.

La comunidad autística habla del “problema de empatía de doble vía”, con esto quieren decir que los demás tampoco tienden a ser empaticos hacia los autistas ya que no tienen en cuenta su punto de vista. Se tiende a ignorar que los autistas tienen la tendencia a entender las cosas literalmente.


Asperger no descubrió el síndrome de Asperger


El trastorno que ahora lleva su nombre fue observado por vez primera en 1926 en un artículo de investigación llamado “La esquizoide personalidad de la infancia” por la asistente de un neurólogo llamada Eva Sucharewa. No obstante, el documento fue escrito:

1) En Ruso
2) En el instante del ascenso de Stalin al poder
3) Por una mujer, es esta la posible causa por la que los resultados de sus orígenes se ignoraban.
La escuela fundada por Asperger fue destruida en la segunda guerra mundial

Durante la Segunda Guerra Mundial, Asperger, con la ayuda de una monja creó una escuela de “psicopatía autista” para los pequeños. Pocos meses después de la apertura, el lugar fue destruido, junto con todas sus primeras investigaciones. La monja perdió la vida durante los bombardeos.
Los científicos pensaban que la causa del autismo era la falta de empatía materna

En los años 60 y principios de los 70, los científicos creían que el autismo era causado por una falta de empatía materna.

En 1967, tras realizar un estudio en el que se encontró que las madres de niños autistas presentan mayores casos de estrés y depresión que las madres de niños regulares, Bruno Bettelheim de la Universidad de Chicago concluyó que las madres estresadas – a quien comparaba a los guardias de los campos de concentración – eran la causa del autismo. Uno de los principales psiquiatras infantiles de ese entonces, Leo Kanner, estuvo de acuerdo en que los niños autistas eran producto de las madres frías.



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